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Historia de la inflación en Argentina: cuarta parte

Historia de la inflación en Argentina: cuarta parte

La reconstrucción luego de la crisis de 2001. Las tres presidencias kirchneristas. El macrismo y la vuelta a la deuda externa. El albertismo, la pandemia y la guerra.

Luis Paz
Content Analyst
Historia de la inflación en Argentina: cuarta parte
Jul 17, 2023 4:46 PM

A comienzos de 2002, Eduardo Duhalde fue elegido como presidente argentino por una Asamblea Legislativa, luego de la emergencia detrás de la sucesión de Fernando de la Rúa y los brevísimos interinatos de Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Camaño en el cargo. Duhalde nombró como ministro de Economía a Remes Lenicov, quien firmaría el "trabajo sucio" que De La Rúa había querido que hiciera Cavallo: el fin del sistema de convertibilidad con el dólar y la devaluación del peso.

Las medidas incluyeron la pesificación de depósitos y deudas, pero de forma asimétrica: mientras los dólares de los ahorristas "se transformaron" en pesos, las deudas ante bancos, financieras y tarjetas de crédito, además de las deudas internacionales, se mantuvieron en dólares. Meses después de aplicar estas medidas, Remes Lenicov dejó su cargo a Roberto Lavagna, quien fue ministro de Economía también durante la presidencia de Néstor Kirchner y acompañó la reconstrucción económica y productiva del país.

La devaluación de 2002 impactó inevitablemente en el nivel de precios, que cerró el primer año de presidencia de Duhalde con una inflación anualizada del 25,87%. Para encontrar un nivel tan alto de aumentos hay que ir atrás hasta 1991, claro, antes de la instauración del "uno a uno". Sin embargo, la inflación fue controlada y reducida a la mitad (al 13,4%) para 2003, año en el que, en diciembre, Duhalde pasaría el mando al presidente electo Néstor Kirchner.

Luego de la crisis de 2001, las cifras sobre aumentos de precios han estado en el eje de la polémica varias veces, por denuncias de manipulación y de uso de la inflación como un instrumento de puja política. No hay seguridad en que antes de 2001 las cifras fueran absolutamente reales, ni que no estuvieran manipuladas. Pero la desconfianza y las denuncias concretas se multiplicaron desde 2002 y, sobre todo, a partir de las presidencias de Cristina Fernández de Kirchner y durante el gobierno de Mauricio Macri.

Durante este tiempo, además, el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que es la forma en que se miden los aumentos de precios, tuvo diversos cambios en cuanto a qué bienes y servicios integran una canasta representativa del consumo de los hogares argentinos.

La reconstrucción, el control inflacionario y el pago de la deuda

Los 12 años de gobiernos kirchneristas empezaron en 2003, con la asunción de Néstor Kirchner (2003-2007), y se continuaron en los dos mandatos de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011 y 2011-2015). A lo largo de más de una década se dieron políticas expansionistas del Estado, con el aumento del gasto público destinado a seguridad social y la reestatización de empresas que habían sido privatizadas en el menemismo.

Luego de la caída de la convertibilidad, el dólar fue un asunto de relevancia pública durante dos décadas, y lo sigue siendo cada vez más. Néstor Kirchner aplicó una política de dólar alto, competitivo para el mercado internacional, sostenido mediante una fuerte acción del Banco Central en la compra de moneda extranjera y la adopción de políticas monetarias más restrictivas.

Se retomó la senda exportadora mientras se producían bienes y servicios de primera necesidad para abastecer el mercado local, con lo que varias industrias comenzaron una reactivación y se lograron mejoras sostenidas en los niveles productivos, laborales y de ingresos durante varios años.

Para 2005 y hasta bien entrado 2007, los indicadores del fin de la crisis se habían vuelto claros, con reducciones notables en la tasa de pobreza y de desempleo, e indicadores para arriba en expansión industrial, en creación de empresas y en ampliación de la clase media. Se estima que entre 2003 y 2013 la clase media argentina se duplicó, de 9 a 18 millones de personas.

Acomodados los problemas internos durante 2005, Néstor Kirchner logró la primera reestructuración de la deuda externa, en 2005, con un descuento de 2/3 de los intereses; y saldó la deuda con el FMI por alrededor de 10 mil millones de dólares.

Tiempo después, en 2010 (el año en el que fallecería el ex presidente), su esposa y sucesora presidencial, Cristina Fernández de Kirchner, negoció otra reestructuración, con un 70% de quita de intereses. En 2014, casi terminando su segundo mandato, CFK también acordaría con el Club de París el pago de los otros 10 mil millones de dólares adeudados desde 2001.

Durante los cuatro años de gestión de Néstor Kirchner, las cifras del IPC estuvieron en el orden del 4.3% en 2004, del 9.1% en 2005, del 10.9% en 2006 y del 8.5% en 2007. Por fuera de los años de la convertibilidad, la primera presidencia kirchnerista fue uno de los períodos de precios más estables en la historia del país.

La inflación durante "La década ganada"

Entre la asunción de Néstor Kirchner y las elecciones legislativas de 2013 se redondeó lo que desde el kirchnerismo se llamó "La década ganada": diez años de mejoras en los indicadores económicos y productivos, no exentos sin embargo de toda clase de polémicas y conflictos.

El más resonante se dio apenas comenzado el primer mandato de CFK, con el llamado "conflicto con el Campo" que rodeó a la Ley 125, que buscaba aplicar retenciones móviles a las exportaciones de trigo, soja y maíz. Es decir que a medida que los precios internacionales de esos productos subieran, también subiría la tasa del impuesto de exportación.

La resistencia del sector agropecuario se convirtió en contenido central en los medios opositores y alimentó diversas protestas y medidas de fuerza, como el "lockout" de las patronales agropecuarias: bloqueos de rutas, venta de granos paralizada y movilizaciones en todo el país. El gobierno y las entidades (la Mesa de Enlace) negociaron largamente sin llegar a acuerdos. La ley se modificó, y finalmente fue derogada ante la falta de acuerdo.

Igual de cierto es que durante los años del primer gobierno cristinista también continuaron evolucionando los indicadores económicos y productivos, al tiempo que la inflación se mantuvo estable, al nivel del gobierno previo. EL IPC arrojó cifras del 7.2% (2008), el 7.7% (2009), el 10.9% (2010) y el 9.5% (2011).

Luego de ocho años de una estabilidad política, democrática y económica que parecía insólita para la historia reciente del país, Cristina Fernández de Kirchner ganó las elecciones de 2011 con más del 54% de los votos positivos y dio así inicio al tercer mandato kirchnerista consecutivo, que fue el más problemático.

El cepo durante el segundo mandato de CFK

A partir de 2010, el asunto de la inflación comenzó a volverse cada vez más complicado. El IPC ya nunca volvió a estar por debajo del 10%. Por esos años, como un intento de contener la situación, se implementó el llamado "cepo cambiario", una serie de restricciones a la compra, venta y utilización de moneda extranjera, particularmente dólar.

Muchas de las medidas tomadas en esos años, si bien buscaban proteger las reservas y estabilizar el tipo de cambio, terminaron generando una distorsión en los indicadores económicos, respecto al sentimiento de la economía real. Además, propiciaron la expansión del mercado negro de moneda extranjera: explotaron así "las cuevas" y "los arbolitos".

El desequilibrio fiscal debido al alto gasto en seguridad social del Estado, que no era absorbido debido a la también muy alta evasión, volvió costumbre la emisión monetaria, que agregó un problema más al combo. Moneda además permanentemente devaluada ante un dólar cada vez más caro. Eso se retroalimentó con más subsidios y controles de precio, que se tradujeron no sólo en el descontento popular sino en el despegue de la inflación. Para 2014 el IPC llegó al 38% y en 2015 se mantuvo en un 26.9%.

No es casual que el de ministro de Economía (Martín Lousteau, Carlos Fernández, Amado Boudou, Hernán Lorenzino, Axel Kicillof) y el de jefe de Gabinete (Alberto Fernández, Sergio Massa, Aníbal Fernández dos veces, Juan Manuel Abal Medina y Jorge Capitanich) fueron los cargos más cambiantes durante los dos gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner.

El cepo y las restricciones para el turismo fueron aumentando progresivamente el descontento popular, ya que afectaban directamente a esa clase media ensanchada durante el kirchnerismo. A medida que avanzaba la década y los indicadores de crecimiento empezaban a desacelerar, ese descontento fue alimentando la idea de la necesidad de un "cambio" político.

El fracaso del "cambio" macrista

Toda esta situación llevó, en 2015, a que el kirchnerismo/justicialismo perdiera las elecciones ante Mauricio Macri, que tomó medidas inmediatas como suspender el cálculo del IPC e intervenir el INDEC. El macrismo intentó incluso diversas formas de quitar el cepo bancario o de dar flotación libre a la moneda, sin intervención central.

Los intentos fracasaron y durante ese período se disparó el valor del dólar, el peso sufrió devaluaciones drásticas, la inflación alcanzó el 50% y se volvió a contraer deuda externa.

El modelo económico del macrismo, a lo largo de la sucesión de ministros de Economía y Finanzas (Alfonso Prat Gay, Luis Caputo, Nicolás Dujovne y Hernán Lacunza), consistió en retomar el esfuerzo de ser un país agroexportador, pero el mundo cambió en el último siglo, y la competitividad internacional está en los precios extremadamente bajos o bien en el agregado de valor a los bienes.

Sin generación de trabajo industrial y con recortes al presupuesto público y paritarias a la baja, el peso de la economía recayó en los sectores financieros y agroganaderos pero en una situación completamente distinta a la de comienzos del siglo XX

Una de las prácticas comunes del gobierno de Mauricio Macri fue la promesa permanente de objetivos inflacionarios que nunca se cumplieron. Al fin de cuentas, el macrismo tuvo que volver a establecer el cepo cambiario, y aún así tampoco pudo frenar la suba de precios. La inflación para 2016 fue del 40.9%, para 2017 del 24.8%, para 2018 del 47.6% y para 2019 del 53%. Fue la primera vez en casi 20 años que los precios subían más de la mitad en un año.

La desilusión de los propios, y los errores y las atrocidades de gestión señaladas por los ajenos, terminaron diluyendo la presidencia macrista, y su partido perdió las siguientes elecciones.

Alberto Fernández, la pandemia y la Guerra

El declive del gobierno de Macri hizo que la entrada de Alberto Fernández al poder fuera con un tipo de cambio oficial contenido y una actividad económica aminorada, lo que mantuvo los aumentos estables pero sin dispararse exageradamente. De hecho su presidencia arrancó con una devaluación del peso. Y entonces, la pandemia.

A solo 100 días de haber asumido, se desató una pandemia mundial de covid que entre otras cosas incluyó cuarentenas, restricciones a la circulación y el comercio, y una readecuación de casi todos los trabajos y los servicios, situaciones que resultaron dañinas y costosas para la actividad económica. Y eso sin contar la batería de medidas, gastos y necesidades asociadas al cuidado sanitario de la población o los controles de circulación.

La pandemia, la situación económica y la inflación, que flotó entre el 30 y el 45% en los primeros dos años y medio de gobierno de Alberto Fernández, terminaron generando casi una histeria masiva por el dólar, por la remarcación y por la especulación financiera, inconvenientes que se habían despertado sobre todo durante el macrismo y que durante el gobierno de Alberto Fernández terminaron de explotar

A falta de un semestre para la asunción de un próximo presidente, el mandato albertista se está terminando caracterizado en materia monetaria por el control del cambio, las restricciones de acceso al dólar, el aumento de la inflación desencadenado en 2022 a casi un %100 y la recesión económica.

Estos percances están originados en la situación general del país, pero sin dudas se ven alimentados y magnificados por el nuevo orden mundial y las situaciones surgidas de la pandemia, primero, y de la guerra entre Rusia y Ucrania, en el último tiempo.

Al cierre de estos artículos sobre la Historia de la Inflación en Argentina, y mientras Argentina prepara su próxima votación para elegir presidente, los valores del IPC para mayo 2023 indican una inflación porcentual acumulada del 42.2% en 2023, con una interanual de un 114% entre mayo 2022 y mayo 2023.