Dogecoin es una criptomoneda basada en blockchain, y desarrollada para el intercambio de valor entre pares, sin intermediarios, que fue creada en 2013 por el programador estadounidense Billy Markus y el marketer australiano Jackson Palmer.
Pero además Dogecoin es un caso paradigmático del encuentro entre campos de la vida tecno tan dispares como la innovación financiera cruzada con el humor digital.
Es que su símbolo y mascota es un shiba inu (o shiba ken), un perro japonés de la misma raza del que protagoniza dos de los memes más memorables: el del perro desconcertado, y el del "perro fuerte" vs el "perro débil".
El debate en torno a Dogecoin
Por la gracia de su origen, Dogecoin logró desarrollar una comunidad creciente, amable y solidaria, sobre todo en los circuitos de información sobre blockchain en Reddit y Twitter.
Ese impulso terminó haciendo eco más allá de las redes sociales, y generó apoyos públicos para la moneda: desde el rockero Gene Simmons al magnate espacial Elon Musk, pasando por la ex actriz porno Mia Khalifa, han salido a bancar el token.
Sin embargo, esa exposición y la sensación de que es "una criptomoneda en chiste" también generan oposición y sospechas en otra parte de la comunidad cripto.
Incluso se señala que el alboroto de reconocidas personalidades por esta moneda tiene que ver con especulaciones personales, ya que el bajo precio del Dogecoin permite comprar grandes cantidades y así obtener abultados beneficios con las subidas de precios.
Mucho más que una ocurrencia
En lo práctico, Dogecoin demostró ser una herramienta solvente para transferir pequeños montos de valor (de hecho está inspirada en Litecoin, más que en Bitcoin), y aún pese a su reciente crecida, mantiene un precio por unidad por debajo de los 5 centavos de dólar.
Con una capitalización de casi 7 mil millones de dólares, lejos de ser una broma Dogecoin llegó a establecerse entre las 15 principales criptomonedas del mercado.
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