Monero y el debate sobre la centralización: qué significa un ataque del 51%
La concentración de hashrate en Monero genera discusiones sobre su funcionamiento y los incentivos de la red.
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La criptomoneda Monero (XMR) enfrenta el riesgo de un ataque importante, del que mucho se habla pero que no suele ser frecuente entre las criptomonedas más reconocidas. Se trata de un “ataque del 51%”, sobre el que te contamos a continuación.
Monero es una criptomoneda nacida en 2014 y enfocada en la privacidad. Al igual que Bitcoin y otros criptoactivos, se basa en la descentralización para su funcionamiento, pero añadiendo mecanismos técnicos extra para aumentar la privacidad de las transacciones.
Las operaciones que se hacen en la blockchain de Monero son muy difíciles de rastrear, a diferencia de lo que pasa con otras, cuya contabilidad es totalmente transparente y pública. No obstante, si el usuario otorga cierta información clave, sí es posible comprobar todos los datos de una transacción en la cadena de bloques.
Como la privacidad es un principio elemental para muchas personas que usan criptomonedas, Monero es una opción conocida en el ecosistema.
Su capitalización de mercado llegó a USD 7.339 millones en mayo de 2025, aunque ha caído un 50% desde entonces. Si bien ahora ocupa el puesto 31 en el ranking de criptomonedas según su capitalización, supo estar en el Top 20.
Este tipo de ataque informático se puede ejecutar en redes de criptomonedas que utilizan la minería o Proof of Work (PoW) como mecanismo de consenso. Tal y como indica su denominación, consiste en que un grupo de mineros se haga con el control de la mayoría del poder de cómputo (o hashrate) de la red.
En otras palabras, significa que tienen más poder que los mineros “honestos”. Así, consiguen la potestad de realizar acciones fraudulentas, como hacer doble gasto (usar las mismas monedas dos veces) o reorganizar bloques, además de censurar o retrasar ciertas transacciones.
Técnicamente, en el caso de Monero sería más correcto hablar de un riesgo interno de centralización que de un ataque externo en sí mismo. Se debe a que la situación es causada por un pool de minería de Monero.
El potencial “ataque” que sufre la minería de Monero fue calificado por sus propios autores como “benevolente”. Qubic, el segundo pool de minería más grande de esta red, no tiene intenciones de dañar la blockchain, sino poner en discusión sus mecanismos de recompensa e incentivos.
El equipo de Qubic está probando un mecanismo llamado “Prueba de trabajo útil” (uPoW) durante agosto. Este sistema mejora las recompensas por bloque que otorga la red (0,6 XMR por bloque) añadiendo incentivos externos, pagados por Qubic, para quienes sumen su hashrate al pool.
De esa forma, el pool fue sumando mineros hasta conseguir un 51% del hashrate (aunque hay exploradores de la red que niegan que se haya alcanzado esa cifra).
Detrás de este experimento “bienintencionado”, cabe aclarar, podría haber una maniobra para fomentar el uso del token Qubic, con el cual el pool está pagando recompensas extra a los mineros de Monero.
Más allá de sus supuestas intenciones, el experimento de Qubic ha sembrado incertidumbre y preocupación en usuarios y holders de Monero. Ha quedado de manifiesto que, con una estrategia no tan compleja, una entidad puede lograr la mayoría del hashrate de la red.
El riesgo latente de centralización, que quedó a la vista en unas pocas semanas, generó una presión vendedora en XMR. Eso ha llevado el precio de la criptomoneda a la baja.
En julio de 2025, el precio de Monero rondaba los USD 345, gracias al envión del mercado alcista. Un mes más tarde, su cotización cayó hasta los USD 240, lo que implica una caída del 30%. Solo en el mes de agosto, el criptoactivo se depreció un 23%.
Las redes grandes están mejor protegidas ante un ataque del 51%, ya que el costo de hacerse con la mayoría del poder de procesamiento es extraordinariamente alto en términos económicos y logísticos. En este sentido, Bitcoin es la red más grande (y, por ende, puede ser considerada la más segura) de todas.
Otras redes que usan PoW como mecanismo de consenso son Dogecoin y Litecoin, ambas en el Top 20 del mercado al escribirse esta nota. A diferencia de Monero, estas redes cuentan con un “refuerzo” en seguridad, que es la minería combinada: un minero puede brindar hashrate a ambas y contribuir de forma simultánea en su seguridad.
Al igual que con Bitcoin, un potencial atacante debería desembolsar miles de millones de dólares para siquiera intentar hacerse con la mayoría del hashrate de estas blockchains. Además, tendría que contar con el espacio físico, la infraestructura y el equipamiento necesario.
Es por eso que tantas redes ponen el foco en incentivar que más mineros contribuyan a su funcionamiento. Estos, además de propiciar un funcionamiento óptimo del sistema, previenen situaciones de inseguridad y centralización como las que Monero sufrió en las últimas semanas, con toda la incertidumbre que ellas conllevan.
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