Venezuela y Paraguay: dos modelos opuestos
Oct 25, 2022 3:20 PM
Los dos países tienen dos acercamientos diferentes a las criptomonedas. Uno impulsa el control mientras que el otro prioriza la desregulación.
Oct 25, 2022 3:20 PM
Venezuela y Paraguay: dos modelos opuestos
Los dos países tienen dos acercamientos diferentes a las criptomonedas. Uno impulsa el control mientras que el otro prioriza la desregulación.
Esta semana, en simultáneo, surgieron dos noticias sobre la postura de dos países latinoamericanos respecto de las criptomonedas. Se trata de Venezuela y Paraguay. El país caribeño fortaleció su postura de controlar al máximo la actividad de los mineros, casas de cambio y cualquier empresa relacionada con criptomonedas. Mientras que Paraguay eligió el camino contrario: fomentar la minería, sin restricciones legales.
Veamos, caso por caso, las diferencias.
Venezuela regula criptoactivos por decreto
El 30 de Enero la Gaceta Oficial de Venezuela publicó el “Decreto Constituyente sobre el Sistema Integral de Criptoactivos”. Son una serie de medidas para regular esa industria en el país caribeño. Contiene 63 artículos que involucran a la minería, la compra venta y las casas de cambio de cripto. El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, aprobó la normativa. El artículo 42, por ejemplo, establece multas a cualquier actividad relacionada con criptoactivos, incluyendo la minería sin licencia.
Las multas se cobrarán en Petro. La infracción del artículo 42 tendría una multa de 100 a 300 Petros. Una cifra cercana a los a los 18 mil dólares. El Petro es la criptomoneda nacional de Venezuela y su valor está atado al barril de petróleo. Fue anunciada varios meses atrás por Nicolás Maduro y tendría un valor cercano a los 60 dólares. La ley, por último, creó una nueva agencia de control: la “Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas”, o SUNACRIP.
La misión de este organismo es fiscalizar cualquier plataforma de compra venta de criptomonedas en Venezuela; sean locales, internacionales, centralizadas o descentralizadas. Esta postura del gobierno de Venezuela de controlar por completo la industria cripto tal vez afecte el crecimiento de la industria en el país. Es sabido que el aumento de regulaciones y normas burocráticas atentan contra el principio de descentralización de las criptomonedas. Además de afectar la agilidad intrínseca de la minería. Todo el chiste es que cualquiera, en cualquier parte del mundo, puede hacerlo sin ninguna necesidad más que los equipos correspondientes.
BitFury lanzará centro de minería de Bitcoin en Paraguay
Bitfury Group y la firma de investigación y desarrollo surcoreana Commons Foundation lanzaran juntos una red de granjas de bitcoin en Paraguay. Bitfury dijo que establecerá una serie de centros en el país sudamericano usando sus dispositivos de minería de bitcoin BlockBox AC. Las granjas serán alimentadas por las principales centrales hidroeléctricas del país: Itaipu y Yacyreta.
La colaboración es parte del proyecto Golden Goose de la Fundación Commons que apunta a establecer a Paraguay como el centro de minería cripto más grande del mundo, dada la amplia oferta de electricidad barata y limpia con la que cuenta el país.
El gobierno de Paraguay respalda este proyecto.
Sandra Otazú Vera, abogada y asesora de la Fundación Commons en Paraguay, dijo que el país está explorando “formas creativas de usar tecnologías emergentes, como blockchain y las criptomonedas, para beneficiar a su economía y sus ciudadanos”. Paraguay, hasta ahora, sólo utiliza la mitad de la electricidad producida por las dos centrales hidroeléctricas.
Conclusión
El rumbo que eligió seguir el gobierno de Paraguay parece correcto. El país cuenta con un excedente considerable de energía eléctrica. Esa situación es excepcional para un país de sus características. Esto se debe a la riqueza de sus recursos hídricos y a la explotación conjunta con Brasil. Vale destacar que esa energía además es ‘limpia’. No genera emisiones de CO2 a la atmósfera. La minería de bitcoin y otras criptomonedas es, sin duda, la forma más rápida de transformar energía eléctrica en riqueza. La infraestructura necesaria es barata y hay muchos jugadores interesados. Resta ver que sucede pero puede ser un buen impulso para un país que lo necesita.
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