"El gas de Ethereum está muy alto"... "Operar en Solana me sale más barato"... "Juego play-to-earn solo en la Binance Smart Chain por las comisiones". Si hace un tiempo que andas por el ecosistema cripto, seguramente escuches este tipo de frases muy a menudo.
Las comisiones son montos que se pagan al operar con criptomonedas (y con otro tipo de herramientas blockchain, como los NFT), y son asunto cotidiano para toda persona dedicada al trading, o para quienes permanentemente tratan de optimizar sus portafolios de tokens y criptomonedas.
Estos montos representan un pago por usar una red o una herramienta cripto basada en blockchain, y en general se destinan a su mantenimiento: en algunos casos cubren los costos de minado de las operaciones y en otros representan un pago por los servicios que te ofrece una plataforma, por ejemplo un exchange.
De dónde sale el precio de una comisión
Ten en cuenta que estas comisiones sirven para regular dos aspectos del ecosistema cripto. Por un lado, que "hacer cosas" en redes blockchain tenga un costo mantiene mejor depurado y más serio el ambiente. Y, por otro, financia un sistema cristalino de validación y registro de las operaciones, conocido como minería.
Pero cada red blockchain elige su protocolo y sistema de minería, y cada uno tiene sus propias características, desde demoras de las transacciones y cantidad de confirmaciones de seguridad al hardware necesario para minar cada red. Ciertos protocolos son más costosos que otros.
Por otro lado, cuando no se usa la blockchain directamente sino alguna herramienta diseñada sobre ella, los exchanges y las aplicaciones descentralizadas (dapps) pueden cargar un extra en comisión por usar su plataforma, independientemente del fee que cobra la red.
Por ejemplo, puede que la red Ethereum cobre cierto gas fee (la comisión en la red de origen) por hacer un swap de criptomonedas en un dex, y que además ese exchange descentralizado cobre una comisión adicional por usar su interfaz para el swap.
Fees de base en Bitcoin y las primeras altcoins
Por ser la primera de las criptomonedas, Bitcoin sentó las bases generales de todo el ecosistema. Por ejemplo, su sistema de minado, conocido como Proof of Work (prueba de trabajo), fue el canon durante el desarrollo de las primeras altcoins.
PoW es un sistema de minería cripto según el cual las personas que quieren trabajar en el minado de la red deben poner a disposición equipos con mucha capacidad de cómputo que ayudan a procesar las operaciones, validarlas y registrarlas en la blockchain.
En este sistema, los mineros obtienen un pago en bitcoins al procesar determinado bloque de información, pero además reciben como incentivo un extra: la suma de los pagos de comisiones por todas las operaciones que integran ese bloque.
Las primeras altcoins se basaron en el código fuente de Bitcoin y copiaron el sistema de prueba de trabajo, por lo que quienes operan en Litecoin o Monero reconocerán similares características: las redes PoW son más económicas pero también más lentas que otras, porque priorizan la seguridad antes que la urgencia de las operaciones. Por los mismos motivos, resultan en general más exigentes desde el punto de vista tecnológico.
El gas fee de Ethereum
Ethereum también comenzó con un sistema PoW y está migrando desde 2020 a un sistema de Proof of Stake (prueba de participación), que consiste en la tenencia de cierta cantidad del token de red para asegurarse tomar parte en el minado. Esto reduciría el gasto energético de minar Ethereum y también debería hacer bajar las comisiones de su red: el llamado gas fee, un concepto propio de Ethereum, red famosa justamente por sus altos costos.
La segunda red cripto más importante del mercado consolida esta idea del fee de una blockchain como una "propina" a los mineros, ya que ofrece muchas más opciones para manejar la variación de costos. De hecho, en Ethereum como en muchas otras redes, si quieres mayor rapidez para el procesamiento de tu operación, puedes pagar un fee más alto.
Ethereum tomó también el modelo de Bitcoin, pero lo extendió entendiendo que las redes blockchain pueden funcionar como computadoras descentralizadas sobre las que se puede programar. Desde entonces, miles de dapps, exchanges descentralizados y todo tipo de proyectos cripto se desarrollan directamente sobre Ethereum. La contracará de esto es la saturación de su red, con los consiguientes aumentos de costos y demoras.
En ese contexto, otras redes cripto que funcionan sobre Ethereum, en paralelo o inspiradas en ella, y que son englobadas bajo el concepto de soluciones de capa 2, buscan ofrecer las mismas funcionalidades de Ethereum para escribir y ejecutar smart contracts (el código blockchain que funciona como ADN de las dapps) pero con costos y plazos más convenientes.
Estos son los casos de Solana, Cardano o Polygon, cada una con sus particularidades, o redes específicamente diseñadas para las finanzas descentralizadas (DeFi) como AAVE o Uniswap. En las dapps DeFi hay otra particularidad: las comisiones no las cobra una empresa o una plataforma centralizada, sino que se reparten entre usuarios que aportaron liquidez.
Variaciones en las comisiones cripto
Podríamos decir en abstracto que las comisiones incentivan el buen comportamiento de quienes participan de redes cripto. Mantienen a raya el spam, porque hacer cosas tiene un costo, y permiten que quienes minan las redes obtengan una recompensa.
Pero a veces las redes se congestionan, porque mucha gente está usando en simultáneo una blockchain, ya sea por un cambio de precio en su criptomoneda o porque hay un nuevo proyecto montado en ella, como un juego play-to-earn, un marketplace de NFT o una herramienta defi que ofrece muy buenos rendimientos.
En esos casos, las redes blockchain tienen sistemas de regulación de sus comisiones para desalentar el uso de una red muy congestionada. ¿Cómo? Del modo más sencillo: subiendo el costo de operar.
Por otro lado, quienes usan las redes también pueden intervenir sobre el monto que pagan de comisión, definiendo qué tan prioritaria es su operación y pagando un fee más elevado. Pero ten en cuenta que pagar una tarifa mayor no asegura que siempre una transacción se procese más rápido (aunque en general es lo que sucede).
Y también recuerda que es una configuración avanzada al operar con cripto, y que muchas veces puede traer complicaciones. Por eso, te recomendamos siempre manejarte con los fees sugeridos por las redes y plataformas donde estás operando.
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