En el ecosistema cripto, hablar de "inversión" puede hacer referencia a distintas situaciones. Para quien arma un rig de minería, eso es una inversión. Muchas personas compran lo que pueden de BTC para venderlo cuando el precio se dispare, o lo mismo con un NFT. Hay quienes adquieren personajes para videojuegos blockchain con intención de jugarlos y obtener un rendimiento. Y tantos casos más.
Ninguna inversión es igual a otra. No solo porque hay inversores que pueden "jugársela" más por contar con los fondos, sino porque cada operación se da en un momento distinto y con objetivos diferentes. Lo que unifica la idea de inversión es la compra de algún activo con la esperanza de que su precio aumente y poder obtener más dinero al venderlo.
Qué es el retorno de inversión
En todos los casos, los inversores esperan un beneficio por su inversión. En el mundo financiero, este beneficio es llamado retorno, y el concepto que se maneja es el de retorno de inversión o ROI (del inglés return on investment), que señala qué porcentaje extra al de la inversión inicial se consigue con una venta.
Si, por ejemplo, alguien compró 1 BTC a 20 mil dólares y lo vendió un mes después, cuando estaba a 30 mil, obtuvo un ROI del 50% mensual. Este ROI se calcula respecto de un período de tiempo, que es el parámetro que realmente permite identificar si una inversión cumplió las expectativas. No es lo mismo obtener un ROI del 50% en un mes, que en diez.
Qué es el riesgo en inversiones
Otro concepto financiero es el del riesgo o las inversiones de riesgo. Básicamente, se trata de la posibilidad de que las operaciones no cumplan con los objetivos fijados por el inversor. En todos o alguno de sus términos: de pronto un activo subió su precio hasta el número esperado, pero se demoró mucho en hacerlo.
Los casos más extremos de riesgo no solo implican un retorno menor, sino también la chance de no obtener ningún rendimiento. O que el activo se deprecie y tener que venderlo a precio negativo para recuperar apenas parte de lo invertido. El peor escenario.
Por supuesto, hay activos con mayor riesgo que otros. El oro, por ejemplo, conlleva un riesgo menor al de una criptomoneda cuyo precio es volátil; aunque justamente eso es lo que también hace que las criptomonedas puedan dar grandes retornos en cortos tiempos.
Cómo reducir el riesgo al invertir
El primer riesgo que tienen las inversiones en criptomonedas o NFTs es que es imposible predecir con seguridad el comportamiento del mercado. Por lo tanto, las subidas y bajadas de precio son frecuentes, e incluso pueden darse de formas bastante abruptas. Para este inconveniente, una forma de reducir el riesgo es diversificar las inversiones en un abanico de tokens o de proyectos cripto, más que en una sola criptomoneda.
Otro riesgo más específico de cripto es el de la liquidez, que tiene que ver con el volumen de mercado de cada token. Por ejemplo, los NFT más codiciados valen miles o millones de dólares, pero hay que conseguir un comprador que desee específicamente el NFT que se tiene. En ese sentido, los tokens no fungibles tienen menor liquidez que una criptomoneda de mucho uso como ETH o DOGE.
Y también hay riesgos particulares, como algún problema personal que haga que a un inversor se le dificulte "mantener la posición" (sostener esa operación a la espera de que se dé el resultado esperado). Cuando hay imprevistos que implican la necesidad de contar con dinero extra, las inversiones suelen cortarse para atender el problema urgente.
DCA, el sistema de compra cripto menos riesgoso
La llamada Dollar-Cost Averaging es una modalidad donde los fondos para comprar cripto no se usan de una sola vez sino que se cuotifican, fijando momentos del mes para comprar siempre la misma cantidad, medida en dólares. De ese modo, el costo de ingreso a la posición se promedia, y quien invierte no queda tan expuesto a haber comprado en extremos de mercado o en momentos de activos "caros".
Por ejemplo, si se cuenta con 60 mil pesos para comprar BTC, la técnica DCA indicaría comprar 5 mil pesos de BTC el primer lunes de cada mes durante un año, o 10 mil durante seis meses. No hay mayor secreto para la técnica DCA que la planificación, la constancia y la paciencia, sobre todo en mercados volátiles.
Inversiones activas e inversiones pasivas
En toda la gama de inversiones, hay algunas que requieren de gran actividad por parte del inversor. A esas se las conoce como inversiones activas, un concepto que señala que se deben realizar tareas numerosas o frecuentes para mantener las operaciones en funcionamiento y generar rendimiento. El trading es una estrategia de inversión activa.
Mientras que se denomina inversiones pasivas a aquellas en las que no es necesario realizar acciones permanentemente para obtener beneficio. Por ejemplo, los plazos fijos bancarios. O, en el ecosistema cripto, el staking es una inversión considerada pasiva.
Cómo identificar un perfil de inversionista
En las finanzas tradicionales es común el armado de perfiles de inversor, que son una forma de englobar en categorías a gran parte de los inversores a partir de ciertos parámetros: la edad, el conocimiento del mercado, la predisposición al riesgo, la capacidad de asumir pérdidas, el tiempo de retorno para la inversión, los fondos disponibles.
Así se identifican perfiles que determinan la baja, media o alta predisposición a asumir riesgos. En general, están relacionados con la expectativa de ganancia, el monto a invertir y el plazo.
Sin embargo, así como cada inversión es única, cada perfil de inversor también lo es. Por eso, más allá de fórmulas y formularios prefabricados, antes de realizar cualquier inversión es fundamental revisar todos estos aspectos: qué retorno ofrece, cuáles son los riesgos, cómo se puede reducir esos riesgos, y cuánto tiempo y esfuerzo requiere esa inversión. Y también es recomendable revisar las recomendaciones generales para operar en cripto.
Recién con esa información a la vista, se podrá evaluar la inversión en función de las posibilidades, los fondos y la experiencia del inversor.