Características de las blockchains
Inmutabilidad, descentralización y privacidad son los tres conceptos clave que habilitan todos los beneficios que ofrecen las blockchains a la hora de operar.
Guías
Como forma de registrar información, las cadenas de bloques tienen muchas características particulares que resultan disruptivas y permiten pensar nuevas formas de almacenar datos. Sin embargo, hay tres rasgos fundamentales: que son inmutables, que funcionan de forma descentralizada y que preservan los datos privados de sus usuarios.
Los datos almacenados en una blockchain son inmutables: no cambian solos ni pueden ser modificados. La dificultad que implica reescribir toda una cadena de bloques hace que agregar datos sea sencillo, pero que modificar los ya existentes resulte casi imposible. A menos que alguien controle el 51 por ciento del poder de hash de la red, lo cual es prácticamente imposible, como veremos en los próximos capítulos de esta Guía.
Los nuevos datos sólo se pueden agregar a la cadena después de resolver algún tipo de prueba criptográfica y, por lo tanto, luego de ser aprobados por todos los miembros de la red. Este proceso se conoce como "minado", y por eso quienes validan las transacciones y las agregan al bloque se llaman mineros y reciben una compensación por su trabajo: cierto valor en la criptomoneda de la red que están minando.
La blockchain es descentralizada porque no hay un solo núcleo que maneje toda la información, sino que cada nodo de la red tiene la misma copia de la cadena de bloques, que se mantiene actualizada de forma automática.
La cadena de bloques de Bitcoin, por ejemplo, lleva un registro contable público de transacciones entre direcciones. Pero en redes como Ethereum, la cadena de bloques funciona además como una computadora global, distribuida y descentralizada que permite ejecutar un tipo particular de software conocido como smart contracts o contratos inteligentes.
Las cadenas de bloques más usadas y populares son públicas: sus datos pueden ser revisados por cualquier usuario, y no se necesita permiso de nadie para participar de la red. Sin embargo, los datos privados de sus usuarios sí permanecen ocultos. La única información relevante para la red son las direcciones que realizan las operaciones y los montos o términos del acuerdo. No se pide documento, estado civil ni país de residencia.
También existen cadenas de bloques privadas, como el caso de la de la criptomoneda XRP. Son rechazadas en general por la comunidad porque son más centralizadas, dado que para participar de la misma se requiere autorización de la empresa, comunidad o entidad a cargo. Aunque para servicios de información o financieros esto no es lo ideal, para otro tipo de usos, como en logística de empresas, una blockchain privada puede ser una buena solución.