Descentralización del valor
Servicios distribuidos y stablecoins descentralizadas. El consenso entre participantes. Control del usuario sobre su economía.
Guías
Sin dudas, uno de los aspectos más significativos de Ethereum es la capacidad de la red para que sobre su estructura se creen servicios descentralizados. El potencial es enorme.
Imaginemos, por un momento, un banco que no fuera controlado por ninguna empresa o gobierno, donde los mecanismos financieros estén automatizados por contratos inteligentes y las reglas se construyan mediante el consenso entre participantes.
De esta forma podríamos adquirir todas las ventajas de un sistema bancario (seguridad, crédito, interoperabilidad), pero en una comunidad llevada adelante por sus usuarios.
Algo muy similar a esto sucede con el protocolo de DAI, que permite la creación de una moneda estable desligada de los compromisos de un estado o un banco central. Además, DAI es controlada mediante la participación activa de sus miembros desde la plataforma MakerDAO, que permite crear consensos sobre cómo debe ser gobernado su protocolo.
La descentralización del valor, más allá de ser una consigna o una idea detrás de una tecnología, es la potencialidad real de que las personas puedan volver a tomar el control de su economía y de varios aspectos de la economía social.
Desde la acuñación de moneda hasta la creación de objetos digitales coleccionables. O como viene sucediendo en el último tiempo con el movimiento DeFi, que logró replicar algunas funcionalidades del sistema financiero con tecnologías descentralizadas.
Todo esto con el único requisito de tener un teléfono y una conexión a internet. Por lo cual el potencial disruptivo en economías donde la población no está bancarizada es aún mayor.
El potencial de Ethereum en este sentido, sólo está limitado por la creatividad y la capacidad de su comunidad.