Origen de Ethereum
El sueño de Vitalik Buterin. Smart contracts y aplicaciones descentralizadas (dapps). La ICO de Ethereum y el bloque de génesis.
Guías
El programador ruso Vitalik Buterin describió el funcionamiento de Ethereum en un white paper a finales de 2013. Buterin era un activo programador y miembro de la comunidad cripto que estaba convencido de que Bitcoin necesitaba un lenguaje de programación para desarrollar aplicaciones sobre la blockchain.
Como su propuesta para modificar Bitcoin no fue adoptada, Vitalik decidió crear una plataforma nueva. En enero de 2014 anunció el proyecto Ethereum y al poco tiempo comenzó el desarrollo junto a otras cuatro personas, con quienes creó una fundación, ubicada en Suiza.
El principal objetivo de este grupo de trabajo era construir un sistema que permitiese crear smart contracts, pequeñas funciones automatizadas que ante una orden de entrada devuelven una orden de salida, y que al estar programadas en la blockchain son inmutables (es decir, no se puedan modificar).
Este desarrollo aportó los elementos necesarios para la creación de aplicaciones descentralizadas, también conocidas como dapps.
Ethereum tuvo una venta colectiva pública online (ICO por sus siglas en inglés) entre julio y agosto de 2014. En esta ICO se podía comprar el token de Ethereum (Ether) a un precio muy bajo y, si el proyecto funcionaba, obtener una ganancia.
Ethereum recaudó alrededor de 18 millones de dólares y consiguió no sólo los fondos necesarios para continuar el desarrollo, sino que además dio nacimiento a una ola de proyectos que adoptaron esta forma de financiamiento.
Como parte del bloque de génesis de Ethereum, a los compradores iniciales se les asignaron 60 millones de Ether. Y se entregaron otros 12 millones al fondo de desarrollo que se distribuyó entre los primeros usuarios y la Fundación Ethereum.
El 30 de julio de 2015, el primer bloque de Ethereum fue minado en apenas 20 segundos, comparado con los 10 minutos que tarda en minarse uno de Bitcoin. Otra diferencia significativa es que mientras las reglas de emisión y comisiones en Bitcoin no cambian, en Ethereum son flexibles y pueden variar según las necesidades de la red.